-Me veo en la obligación de iluminar al personal con
mis vastas y doctas experiencias sobre el tema mosquitero.
Ahora que
llega el verano, como bien nos dicen en El Desván del Trastero, llegan los Culicidae, nocturnamente
conocidos como “josdeputa”.
Estás en la
cama y ante un zumbido persistente en el pabellón auricular, ¿qué hacer?
Truconsejo 1: Taparse hasta la
coronilla y olvidarse del nuevo inquilino. (Esta funciona sólo si no es verano
o no vives en Comunidades Autónomas meridionales...)
Curiosamente, a la mañana siguiente no
habrá rastro de él pero será pan para hoy y hambre para mañana porque a la
noche siguiente, cuando ya te habías olvidado de él/ella, y sólo cuando estés
dormido como hace años que no lo estás, aparecerá de nuevo en tu oreja.
Como solución podría valer… si eres un
cobarde pusilánime.
Truconsejo 2: A mí me funcionó el
95% de las veces. Primero hay que relajarse, en mi caso fue fácil, siempre me
despertaban entre las 2 y las 5 de la mañana y a esa hora te aseguro que
relajado estaba. Después hay que encender una sola luz y sentarse en la cama, a
poder ser con las piernas tapadas. Esperar.
-Aclaración científica. Hay que saber
que las mosquitas (que son las que pican, y aquí obviaré el chiste) pican por
desgaste de la paciencia del "picado" que se aburre de espantar o
taparse y baja las defensas... craso error. También debemos saber que se guían
por el calor que desprendemos y por el CO2 que exhalamos; dicho esto la técnica
se va dibujando así que continúo-.
Estábamos esperando sentados en la
cama con las patucas tapadas por 2 razones; no coger frío (a ver cómo explicas
a tu madre que tienes catarro por esperar por un mosquito) y la razón más
importante después de la salud es que no podemos interferir nuestra
emisión de calor corporal. Calor que de manera natural asciende desde nuestra
posición en la cama, hacia arriba y de forma triangular; algo así
como la energía de Son Goku cuando se convierte en Superguerrero (Súper Saiyan
para los frikis).
Sí, compañeros cazadores, estamos
tendiendo un cebo, una trampa que nuestro enemigo no podrá ignorar, jajaja… jajaja...JAJAJAAA!!!.... ejem.
Esperar y más esperar, nada de
movimientos bruscos; si una mosquita ve peligro, reaccionará huyendo a lugares
oscuros, la única fuente de luz que sabiamente has colocado te ayudará a
perseguirla, pero también puede crear sombras duras, ideales para su refugio.
Si esto ocurriera sólo te queda esperar. Yo he llegado a esperar 45 minutos, pero
esto no lo hagáis sin supervisión de un adulto.
Si os impacientáis, es posible adornar
el cebo del calor que mencionamos antes con emisiones esporádicas de aliento
(CO2, calor y humedad, esto es una golosina) pero ojo, siempre en dirección del
triángulo, hacia arriba.
Le faltará tiempo para salir de su
escondrijo.
Dicen que Dios nos dio dos orejas y
una boca para escuchar el doble de lo que hablamos, y como serán las 4 de la
mañana, os animo a escuchar; poco a poco obviaréis a la peña de la calle que
está de.... botellón un martes??!! (dónde iremos a parar), obviaréis el Pc que
dejasteis encendido, a la chica con la que soñabais antes de despertar y que os
llama desde la otra punta de la cama con voz melosa y sin nada, nada, pero nada
de ropa, y comenzaréis, cual sentido arácnido, a oír a vuestro enemigo. Al
principio os costará, quizá el primer año, pero después os aseguro que se puede
oír cómo se acerca ese duendecillo volador, y veréis que lo hace tal y como
planeamos.
Nuestro calor, en su lento pulular
hacia las capas superiores de vuestra habitación, ha creado un camino directo
desde cualquier punto del habitáculo hasta vosotros, concretamente hacia
vuestra cabeza, y si lo habéis adornado con aliento... "chapeau". Ése
es el camino que seguirá el objetivo porque no habrá nada más en la habitación
que le atraiga tanto como el cebo que habéis creado. Sólo os queda ser hábiles
y no fallar.
Si la mosquita no os ha picado aún
durante la noche, debéis saber queridos compañeros de cacería, que su estado
será ágil, y todos sabemos que pocas cosas hay más peligrosas que una mosquita
ágil. Es por ello que quizá deberéis sacrificar
una o dos picaduras antes de poder cazarla, ya que por alguna
razón que no comprendo, las mosquitas tienden a chupar la sangre hasta que no
pueden más (evitaré el paralelismo humano) pero lo realizan en diferentes
incursiones, lo cual hace que en cada una su agilidad voladora se vea mermada
en -2,5 puntos, no así su capacidad de tintar paredes, que aumenta
exponencialmente a 104,8 puntos... cuidado !! (Datos de 2013, obtenidos de CENAMOS, Centro Nacional
Mosquitológico)
Como consejo final, os advierto que
esta no será una tarea fácil, muchos caeréis rendidos en la alfombra antes
siquiera que hayan pasado 4 tristes minutos; otros suplicaréis a vuestro
enemigo piedad sin saber que se estará riendo de vosotros desde detrás de la
lámpara acechando, otros pediréis a Dios que le haga aparecer para machacarle,
sin saber que Dios tiene más de mosquito que de Hombre y está de su parte.
Otros.... moriréis asfixiados tratando de ejecutar el Truconsejo 1.
Así que no desesperéis; el sueño
eterno, libre y sin rascaduras es posible.
“El Vigía Miope.”